Eres otro siglo que vagabundea en las meditaciones.
La nube del cosmos & 1 aliento de vuelo.
Nos mantienes alerta: el alba comienza a moverse por el día.
El festín de los mercados, donde la belleza es encontrarnos.
Migran nuestros sueños
& es una bestia que no vence a la claridad.
Cuaderno de iluminaciones:
de las hojas de la carne nos encontramos libres.
La mala sangra de desollar los sueños.
Tus plumas mañanean
& el arado hace sus benditas tragedias en la tierra.
Lengua perdida, cielo ganado.
Camino entre jardines
& más allá del aleteo & canto en que describo.
Guías nuestros despertares, andamos meditando juntos,
la primera niebla,
el trabajo del sol que drena la pereza de la noche.
Más allá de esta tierra tu canto:
el espíritu en palabras.
Que se ilumine el mundo cuando caes del cielo
& esta luz de aquí entre los árboles: tú mismo.
Medito la flor que escucha tu loto en el quizás.
Pueblo, pueblo, tu desbandada entre ramas.
Como aires de mar, ángeles de los frescores.
La razón del aire, tu corazón cantado.
Se bañan, se purifican las alucinaciones cuando mueres.
Razón de instante, razón de mundo entre el smog.
Misterio que alivia & reverdece,
hechizo del delirio la mañana de vigilia,
el fondo del mundo viene a tu voz:
mi aullido de calle
por tu postal japonesa que viene meditando desde china:
ya vienen bajando los pájaros del último Dharma de Buda.
Habla la piedad de la existencia:
lo conoces todo:
sabes cuándo el fruto de la budeidad a la tierra.
En acciones extrañas, el amor de tus sombras:
cómo hemos de mirar la luz del sol.
Rezas más que un paisaje de vuelos inimaginables:
sólo tu canto la moda de la mañana.
El color de tus encantamientos:
La parda tarde que sigue recordando.
Pájaros de aldeanos & mis rodillas meditadas:
otra rama que cruje por alcanzar la luz.
Noción de bosque, vendaval del delirio mañanero.
Limbos de inocencia, la piedra que nos hace recordar el mal
camino.
Que nos prenda tu canto como flores,
el maíz que le robas a las gallinas.
Los diluvios que resistes
& por el canto que no ha regresar.
Eternidad del día, esperanza del mar:
cómo hemos de volar hasta ti.
Oh pajarillo de las imposibilidades, suspiro.
Humildemente se mueven los árboles
& tu meditación ha de volver al oeste & desde
oriente:
el pueblo & su pureza, otro relámpago sobrevivido.
Mejor que mis mendicidades cantas:
somos el arroz para las palomas explosivas.
1 solo eterno, solecito para verdear.
& a dónde los meteoros,
esta hipermodernidad de selfis & traspatios,
cántico espiritual que recibimos
lo que nos despierta & nos sostiene
ha de anidar las nubes por los senderos que aún no vemos.
Contra la ventana del tiempo: qué lejanía de mundo recibimos
si aún no partes.
Tierra de silencio, la belleza en expansión.
Un murmuro de pueblo más allá de las edades.
Plúmbeas andanadas de la madrugada.
La sangre canta en cada parada salvaje de los destinos.
Te paseas & la belleza pica sus alveólos:
Qué música es esta con que como que se apedrean los árboles.
Revuelo las montañas: la visión se encuentra en todos los
árboles.
El pueblo, más allá del árbol de la sombra del bien &
del mal.
Como la que mendiga delirios, un gusto de cenizas,
el aire de tus vuelos.
Las humedades de las hojas de los árboles,
lo que le viste a los ríos.
Los montes que vuelven a encontrarse, tus ojos.
Espíritu asincerado, mocedad de flores.
Bien verbo lo cantado & acontecido:
qué nube te mueve como vela en la meditación.
Bosques recién plantados, mi vigilia amada.
Iluminación: el aire puro hallado.
Aliento despierto, sendero para colmar.
En soplo tu jardín, lo que prende, rayo azul.
Como 1 pabellón de despertares, tu migración viajera.
Posibilidad creadora: lo que aún no cantas del alba.
Arboleda lírica, celeste contemplación de despertares.
Flor del descubrimiento, devoción de tierra templada.
Madera punk para cantar & más violenta la capa polar.
Cántico espiritual, la belleza que enseñas a contemplar,
lo que viene del viaje & del paisaje,
el presente de la delicia & el éxtasis,
como palomas en la perfección de un baño.
Violencia, vuela a otra parte.
Su sufrimiento, el final de todos los veranos.
Luz meditativa, pronto has de volar & de volver.
La luz que viene, la luz que va,
tu entorno retorno es otra luz para pasar:
la lengua que de afuera es la lluvia & su llegada,
como ruinas de una lluvia que devuelve el mar.
Bailan los palomos todavía
& con bombín.
El verso más hermoso del mundo:
verte volar.
El silencio del canto entre la llovizna.
La nada de nuestra gloria en lo rupestre del espíritu.
Propagación de la romanza en las aves del corral.
¡Mira espejo otro espejo!
La oscuridad dice:
Más allá de la jaula, la piedra de la melancolía.
Tu vida, la vida más abajo de los edenes.
Qué progreso en hojitas como navajas en la mano,
Fin de Mundo, los campos floridos & el canto abandonado.
Las lenguas de las cosas, el polvo & lo nombrado;
cántanos su vuelo hasta aquí.
Nos necesitamos
imposibles, el testimonio de otros cielos.
Un sector breve del olvido:
cómo he decirte siémbrate hasta aquí.
Siempre un despido, lenguaje pajarito, sexual aire,
como lo que se consume & es el pico del ocaso,
que sean inmunes tus cantos al veneno del frío.