miércoles, 30 de junio de 2010

Y ya va ese boleto del deseo en quinto sol

Clickeo las palabras que antes vi amanecer,
entre estrobos de estrellas desbordándose
el hilito de relámpago en que caen,
campanas de una boda a la que no asistí.
Te siento dormida detrás de la pantalla,
los que pasan por aquí arrojan fondos
de los que la mirada regresar cree.
Ondean tus pantaletas por la luz del foco,
ventiladores soplando un perfume de destellos
en que amanecí.
Menús repletos de polvo y fotografía,
el aserrín en las maderas del cerco
ahí.
Las playas de la jaula sueltan el pelo que tome por años que te vi.
Y te alejé en un beso fluido en la denuncia de las olas:
un camino de lluvias que se va de espalda mojada,
el navajeo que de puntitas pasa a paso la mañana
que despierta a media noche y de cercas;
cercas del viaje en la mirada como fugaz, gas luz.
Cumplir las agujas que caminan al mar.
Un rehilete que da alojo a miradores en la quebrada.
Y así aprendí el boiler en invierno
ondas temporizador la cal sin estación
el pedaleo de esa bicicleta que se alarma para ti:
me darán las horas sus medallas de oro
y de su piel de papel,
sacaré tarjetas de mis noches en presentación
y puede que hasta el revés de los ojos
aquella mirada
me acomode cuando lea cuidado con el tren.

martes, 29 de junio de 2010

yalba?

un llano de candados que empieza a reverdecer con la lluvia de las agujas
y los pasadores que despluman los arcoíris
los senderos que en concreto devrayan leyendas
el escupidero que sale hablar de su vacío
los adoradores que las perforaciones tatúan sonrientes
las mujeres de piel chinita que saben hablarte de sus varias lenguas
Uff!
on ojo que la aguja no sabe cómo ver
off
y los pensadores que creen que el río no se ríe de su arco
el mapamundi que busca la brújula en su bolsillo
el cyborg que no sabe cómo hablarle a sus electrodomésticos
la feria de gira por la ruleta rusa
el disco cordial
en el código de barras perpetuas sentado en la silla eléctrica de la espera
tus mentas que dejan mal sabor de boca
las armónicas que no saben abrir las piernas sin que se les escape un suspiro
los que limpian sus lentes porque creen que el mundo es el borroso
la niebla que se duerme con su lamparita encendida
las miradas que voltean
las tortillas porque creen en el carbón
tu Windows que dice que en Vista de que no te vas, cierra la ventana
la serenata que los mariachis olvidaron a propósito en la esquina
la caja de velocidades que siempre se quiere poner en reversa
Pandora que se abre y ningún pandero que se repita en pan duro
la cenicero en busca de su punto en fuga que no se apague
el teatro en antros donde los actores no actúan que están escenas comprometedoras
donde su carrera figura en estrellas apagadas, mesas para dos,
la última escena a la intemperie,
el claxon de la linterna sorda en sus pesebres privados
que acaricia sus signos vitales en la caja registradora descompuesta
la posta donde apuestas tus dados y apuntas el número que la chica del eterno negro
te firmó
la macetita que riegas a diario esperando
una flor
te unes al green peace porque las ballenas que es tu cabeza no te dejan en Paz
el candelabro que juega a que las pelusas son sus luces
ya construiste el domino que lo destajos de su ropa te dejaron
ping-pong, bing-bang, ying-yang, ala kech-in lakeck
LA Historia: el kitsh boing boing del in . G
el baúl que se va arrastrando cargado de llaves

lunes, 28 de junio de 2010

En la clínica de esperas, uno se sienta, otro se levanta.
Sobre una piedra dos ranas se preparan y el sol aguarda.
El salto: las campanas de mi muerte ya suenan alud ataúd...
Los guantes para el frío olvidados en la recepción.
Se me han secado los ojos de ver tu mar en silencio. La Antártida.
Chocan las olas. La nieve se derrite. Alguien arroja un fosforo
antes de salir del pasillo.
El humo que viene del último piso.
El chapuzón.
La camilla en que va el charco es una puerta giratoria.

domingo, 27 de junio de 2010

David y el gol de Goliat

Un verso en versus

vaso de complicados boquetes

el no sé qué que para el cuello en cuál

lengua mal hablada que por mudez el ápice

un campo de futbol que por la cal tu sangre

botella que muestra la lombricultura de agave

la cañita en que se rasca el gusano

los postes que patea la luciérnaga

tu cara no el nudo; pero sí la agujeta

que te suelta el miedo. Un baso en beso:

el pantalón que se moja para estrenar

el terreno baldío que lo arrastró.